Amanecí con ganas de casarme hoy

Por Padre Gregorio Congote

De acuerdo con algunas llamadas telefónicas y algunas visitas que recibo casi a diario he llegado a la conclusión de que hay muchas personas que después de llevar pocos o mucho años viviendo en unión libre, de pronto amanecen con ganas de casarse por la iglesia católica. Parece que Dios pone en el corazón de las personas ese deseo y que finalmente quieren aceptar la vocación, es decir el llamado que Dios les hace a vivir una vida matrimonial, esto significa comunión íntima, exclusiva e indisoluble de amor y vida contraída por un hombre y una mujer siguiendo el plan del Creador. Da la impresión general de que después de tanto tiempo ahora algunos desean de afán contraer nupcias, eso sí buscando el mejor de los atajos, es decir el camino más rápido y corto, como cual adolescentes ahora no quieren dar espera y no les interesa emprender con profundidad un plan de formación. Cuando he preguntado la razón abundan las siguientes respuestas: mis padres están muy grandes y deseo darles la sorpresa; queríamos esperar y casarnos en México pero han pasado diez años y no hemos podido regresar por el trabajo y los papeles; nuestra hija va a celebrar su Quinceañera y quiere vernos comulgar; mi madre está muy enferma y quiere vernos casados; ahora vamos a poder ir a nuestro país y queremos casarnos allá; mi situación legal no me lo había permitido; asistí a un retiro espiritual y me he acercado a la iglesia, me he dado cuenta de que quiero seguir a mi Señor como se debe; me convertí en miembro de un grupo y no me dejan ser servidor en ninguno de los ministerios si no me caso; quiero recibir a mi Señor en la Eucaristía y seguirlo fielmente como manda y orienta la Santa Iglesia.

Ahora que llevo más de tres años  con la Arquidiócesis de Omaha me he dado cuenta de que algunas personas, muy pocas, pudieron tomar un atajo conmigo no porque yo fuese buena persona o flexible sino que por ignorancia desconocía el plan de formación de la arquidiócesis que es muy completo. Todas las parroquias se rigen por las mismas pautas que ofrece el Centro de Formación Para la Vida Familiar de la Arquidiócesis de Omaha. Para planear una boda primeramente se debe contactar al sacerdote pues se requiere un mínimo de seis meses antes de la fecha de la boda. El proceso toma mayor tiempo cuando las parejas se van a casar en México debido a los diferentes tipos de correo que se utilizan, y cuando alguno de los dos ha sido casado por lo civil anteriormente. Las parejas deben llenar en la parroquia el Cuestionario Canónico Pastoral Prematrimonial y después deberán asistir a la sesión de BIENVENIDOS donde se registran para su preparación matrimonial, contestan un cuestionario que se llama FOCCUS o REFOCCUS que ofrecen varias parroquias y aportan el costo, enseguida, participan en un programa de formación que normalmente dura dos días (parte del viernes y sábado todo el día, o sábado y parte del domingo). Hay dos programas educacionales: uno para aquellas parejas que ya tienen niños (casi todas las parroquias lo ofrecen), y otro para aquellos que son novios o parejas sin niños. Estos programas se ofrecen en Schuyler, Emerson, Columbus, Fremont, Norfolk y Omaha. Aquellos que deseen tomar el cuestionario en línea, lo podrán hacer y está disponible en varios idiomas. En mi experiencia las personas que hablan inglés normalmente hacen el proceso más rápido pues les he ayudado a inscribirse al cuestionario FOCCUS en línea y existe un mayor número de programas de formación que se ofrecen en inglés. Adicionalmente, los sacerdotes normalmente quieren conocer a las parejas y reunirse con ellas para hablar de los resultados de los cuestionarios y de la preparación matrimonial y de la vida familiar. Toda esta información se encuentra con mayor detalle en la página internet de la Arquidiócesis de Omaha.

Recuerden que el primer contacto lo deben hacer con su sacerdote. El proceso es excelente y de mucho aprendizaje.