Ni de Aquí, Ni de Allá: Minervita

El otra día platicaba con un amigo sobre lo mucho que han crecido sus hijos. “Sí, Minervita ya entró a la Universidad”, dijo orgullosamente, ya que es la primera generación en su familia que logra avanzar a la educación superior.

Medité en rato y pensé en lo rápido que pasa el tiempo. Todavía recuerdo cuando Minervita entró al kinder. Si mi memoria no me traiciona mi amigo Ambrosio y su esposa Minerva llegaron de México a esta ciudad hace más o menos 15 años. Sus hijos no hablaban inglés y tuvieron que ingresar a los programas de Inglés como segundo idioma que ofrecen las escuelas públicas. Tanto Minerva como Ambrosio y sus hijos son indocumentados. Aunque su estatus no los hace ni mejores ni peores personas, los coloca en una situación un tanto difícil, primero porque las fuentes de ingresos se limitan a los demás.

En familias como la de Minervita el ingreso viene predestinado a las compañías que contratan indocumentados o que no son exigentes al momento de verificar el empleo o hacer una revisión de antecedentes. También los ingresos se limitan al poder de imaginación de la pareja. En el caso de Minerva, ella le cuida los hijos a sus amigas, sabe de repostería y vende pastelitos y tamales los fines de semana; también en el verano poda el pasto a sus conocidos.

Minerva y Ambrosio saben su papel, lo desarrollan lo mejor que pueden y están conscientes de su situación económica y su estatus legal. Sueñan con poder arreglar su estatus migratorio algún día y mientras, siguen luchando por el pan “nuestro” de cada día. Como dicen los jóvenes (de mi tiempo porque desconozco el lenguaje coloquial de los de ahora) “están ubicados”.

Pero qué pasa con Minervita quien creció relativamente toda su vida en este país. Esta ciudad es la única que ella conoce como “suya”. Cuando le preguntan ¿de dónde eres? ella responde “de Sioux City” porque es todo lo que sabe. Su infancia en las escuelas públicas de Sioux City, IA; sus clases de natación en la YMCA de la calle Nebraska, su primera comunión en la Iglesia de San Miguel. La celebración de sus Quince años en la Catedral y en el Ranchito. Lo único que la hace diferente a cualquier ciudadano de esta ciudad es su estatus migratorio pues al igual que sus padres tampoco tiene papeles.

A pesar de haber vivido casi toda su vida aquí y de conocer el idioma inglés a la perfección porque de hecho está estudiando literatura en la Universidad de Nebraska…. es a fin de cuentas “ilegal”. ¡Qué fuerte! ¿no? Por un lado tenemos a esta joven que tiene toda una vida por delante y que Dios no lo quiera, algún día termine deportada a México, a un país que salió hace 15 años y que lo único que conoce de México, es lo que le ha platicado su mamá y lo que ha visto por Internet porque nunca ha estado ahí desde que salieron. Que regrese a un país en donde solo ha escuchado lo buena que es su abuelita y lo mucho que su papá se parece a sus tíos.

¿Dónde ubicamos a Minervita? ¿En qué parte dell mapa la ubicamos hoy? ¿En qué parte la ubicaremos mañana?

Minervita y su familia van a misa todos los domingos y rezan porque se lleve a cabo una reforma migratoria que ayude a los miles de indocumentados que viven en esta ciudad. “No le hacemos daño a nadie, dice Ambrosio”, a quien yo le nombro el mago porque se parte en tres todas las semanas para cumplir con tres diferentes trabajos. Minervita dice “sorry Abril, I don’t understand nothing about Immigration, and see you, my boyfriend is here”. ¿Qué tal? Los otros dos hijos de Ambrosio están en situaciones similares, aunque el más pequeño anda metido en pandillas y bueno, ese es otro tema en el que ahondáremos en otra ocasión.

¿Cuáles son las alternativas de Minervita?

1. Seguir rezando para que se llegue a la reforma migratoria tan anhelada desde las marchas del 2006.
2. Ganarse la lotería y convertirse en inversionista; invertir en un negocio y aplicar sus estudios o recibir herencia de algún tío millonario.
3. Casarse con un ciudadano americano (cruzando los dedos que el “boyfriend” esté legal).
4. O echarle muchas ganas a los estudios, lo cual es la opción más viable considerando y aprovechando el apoyo de Ambrosio y Su esposa por la continuidad de sus estudios.

¡La Educación! Válida aquí y en China; la preparación de Minervita no se la quitará un viaje de “one way” a México, ni la bondad de su abuelita, ni ningún oficial de Inmigración. Así que mi consejo de esta semana es que sigamos preparándanos y como dijo Nancy Nicho, “siempre es bueno estar preparado para cuando llegue la oportunidad… saber aprovecharla”.

¿Y usted, a cuantas Minervitas conoce?