Nuestra gente haciendo historia

POR MUNDO LATINO STAFF

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El pasado jueves 23 de Marzo recorrimos las calles de Omaha y nos encontramos con una mujer que sin duda es un claro ejemplo del que querer es poder, su nombre es Beatriz Arellanes quien agradece la educación católica que sus hijos recibieron cuando su familia se mudó a Omaha desde México.

Actualmente funge como coordinadora de la inscripción en la oficina de las escuelas católicas; Arellanes dijo que está ansiosa por compartir esa experiencia con otras familias latinas, que tal vez quieran inscribir a sus hijos en una escuela católica, pero a veces luchan con el idioma u otras barreras culturales. “Es una buena oportunidad para ayudar”, dijo Arellanes.

“Soy y estoy orgullosa de ser mexicana, nací en el estado grande, en la ciudad de Parral Chihuahua. Soy Ingeniera Bioquímica, egresada del Tec de Monterrey. Llegamos mi familia y yo a Omaha hace siete años, vivíamos en Irapuato, Guanajuato, mi esposo trabajaba para Lala y yo era maestra de la Preparatoria del Tec de Monterrey. Mis hijos Dafnis e Irving tenían 14 y 11 años, respectivamente” comentó Arellanes.

El tema de la educación ha sido siempre una constante en su vida, sus padres fueron maestros y directores de nivel secundaria, de ellos aprendió a buscar el bien ser para alcanzar el bien estar, y esto se logró a través de la educación permanente.

Cuando llegaron a Omaha buscando escuelas para sus hijos encontraron en las Escuelas Católicas el lugar preciso que estaban buscando, por su excelente desempeño académico, formación espiritual y moral, desarrollo de pensamiento crítico, modelos de valores humanos, fomento de la conciencia social, etc.

La Arquidiócesis de Omaha abrió una posición que se encargara de llevar la invitación a la comunidad Hispana para inscribir a sus hijos en escuelas Católicas y decidieron ella y su familia tomar parte de ese proyecto. Fue así como comenzó a trabajar como Coordinadora de Inscripción Escolar Latina hace exactamente dos años y dice sentirse muy satisfecha de lo que se ha logrado.

En estos dos años, más de 200 nuevas familias han llegado a las escuelas, son más de 425 nuevos alumnos latinos inscritos en las Escuelas Católicas, desde pre-escolar hasta preparatoria (High School). El ACT de los jóvenes latinos en nuestras escuelas está muy por encima de cualquier otra escuela en el estado y a nivel nacional, y los testimonios que muestran los padres de familia son contundentes, “los niños van felices a la escuela, ven progresos muy significativos en su aprovechamiento académico y mejora en su conducta, observan un desarrollo en su vida espiritual, y en otros muchos aspectos que no son precisamente cuantificables, ver a nuestros niños latinos dentro de las aulas, me inspira. Sé que se está forjando para ellos un nuevo futuro, año con año, les vamos labrando camino hacia más y mejores oportunidades, tendrán cimientos sólidos, difíciles de derrumbar a pesar de las circunstancias del país, y tendrán alas fuertes y muy grandes para volar y llegar hasta donde ellos se propongan” dijo Arellanes.

Con respecto a las actividades retomadas por Arellanes la posición fue modelada de los programas que han ayudado a aumentar la inscripción latina en escuelas en muchas diócesis a través del país. Muchos se basan en los hallazgos de un informe publicado por la Alianza para la Educación Católica de la Universidad de Notre Dame, que promocionó estrategias para llegar a las familias latinas mediante la comprensión de la cultura.

Entre esas estrategias está el lanzamiento de un programa de “madrinas” que Arellanes llama una prioridad. Traducido como “madrina”, este programa designa a una madre latina o abuela voluntaria en cada escuela para servir de enlace con las familias latinas.

Otros esfuerzos en su nueva posición incluirán ayudar a los directores y pastores en los esfuerzos de divulgación y marketing, establecer relaciones en la comunidad hispana y ayudar en iniciativas de recaudación de fondos y desarrollo para aumentar la asistencia financiera. De esta manera Arellanes está haciendo historia permitiendo que familias e historias latinas se abran camino sin enfrentar a los múltiples desafíos que se presentan cuando se decide cambiar su domicilio.