Las Comadritas / Semana Santa

Toc, Toc, Toc… —BUENOS DIAS COMADRITA, PASE, SIÉNTESE. YA CASI ESTÁ EL CAFECITO. —Gracias comadre, aquí le traje estas galletas que hizo mi cuñadita allá en el rancho. —HA DE ESTAR MUY CONTENTA. CUÉNTEME, ¿CÓMO LE FUE DE VIAJE? —Sí comadre, muy cansada y gastad, pero muy contenta. Ya tenía más de tres años que no iba a mi tierra y aprovechamos las vacaciones de Semana Santa para ir a visitar a la familia. —¿Y TIENE MUCHA FAMILIA ALLÁ? —Yo no tanta, comadrita. Mis hermanos están todos acá en los “Unites”, pero el Jilemón todavía tiene a su mamá y hermanos y, entre hermanos, sobrinos, primos y “colados” se armó la comilona y bebendurria. —¡AY COMADRE, COMO HAN CAMBIADO LAS COSAS! TODO SE VA ACABANDO. AHORA SE TRATA DE PURO PASEAR, TOMAR Y COMER. RECUERDO CUANDO ERA CHICA QUE TODOS LOS VIERNES DE LA CUARESMA SE AYUNABA. —¿Cómo era eso, comadre? —DESAYUNÁBAMOS ÚNICAMENTE UN CAFÉ CON LECHE O LECHE SOLA Y LUEGO AGUANTÁBAMOS SIN PROBAR NADA, ÚNICAMENTE AGUA HASTA LA HORA DE LA COMIDA POR AHÍ DE LAS TRES O CUATRO DE LA TARDE. NO SE COMÍA CARNE, NI POLLO, NI PESCADO. —¿Y qué comían, comadrita? —PUES MAMÁ Y ABUELA HACÍAN HABAS, LENTEJAS, NOPALES CON HUEVO, QUELITES CON FRIJOLES, CALABACITAS CON ELOTE O CHARALES EN CHILE COLORADO CON PAPAS. —¿Qué son los charales, comadrita? —SON UNOS PECESITOS DE AGUA DULCE QUE MIDEN COMO SEIS CENTÍMETROS Y LOS VENDEN SECOS. —¿Y eso comían en un solo día? —NO COMADRE, ¿CÓMO CREE? COMÍAMOS UNO O DOS PLATILLOS CADA VIERNES. TAMBIÉN HACÍAN CAPIROTADA O TORREJAS DE POSTRE. EL CASO ERA NO COMER CARNE. LUEGO, EN LA NOCHE, TOMÁBAMOS PAN CON CAFÉ O ELOTES. —Pues así debe haber sido también allá en mi pueblo de Cuchillo Parado, pero yo no me acuerdo, ya ve que yo llegué aquí muy chica. —SÍ COMADRITA, Y TODA LA SEMANA SANTA LA GENTE IBA A LA IGLESIA QUE, AL ROSARIO, QUE A LA MISA, ETC. —Sí comadre, mi mamá me platicaba que la gente no hacía nada. No lavaban ni planchaban ropa, tampoco hacían tareas pesadas. En la semana anterior adelantaban todo, muchas mujeres se cubrían la cabeza y no escuchaban radio ni se maquillaban. —PUES YA TODAS ESAS COSTUMBRES O MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA SE HAN PERDIDO, PERO YO CREO QUE MIENTRAS LA GENTE CUMPLA CON LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS, LO DEMÁS NO TIENE MUCHA IMPORTANCIA. —Y usted, ¿qué hizo comadrita, a dónde fue? —A NINGÚN LADO COMADRE, YA VE QUE ACÁ NO ES COMO EN MÉXICO, AQUÍ LA GENTE TRABAJA TODA LA SEMANA, PERO YA VIENEN LAS VACACIONES ANUALES Y ENTONCES ME DESQUITARÉ. —¿Y a dónde piensa ir, comadre? —TENGO MUCHAS GANAS DE VIAJAR EN TREN, PERO CREO QUE YA NO HAY TRENES DE PASAJEROS EN MÉXICO, TENGO QE INFORMARME. AUNQUE CREO QUE DE AQUÍ A TEXAS SÍ HAY. —¿Y nunca ha viajado en tren? —DE CHICA VIAJÉ CON MIS PAPÁS DESDE JUÁREZ A SAN LUIS POTOSÍ. HICIMOS COMO 48 HORAS. —Ha de haber sido muy cansado, comadrita. —PUES NO ME ACUERDO MUCHO, PERO PARA MIS PAPÁS YO CREO QUE SÍ. LO ÚNICO QUE RECUERDO ES QUE EL TREN PARABA EN MUCHOS PUEBLITOS Y QUE ME DIÓ TORTÍCOLIS, Y QUE PARÓ UNA VEZ EN UN LUGAR EN DONDE HABÍA MUCHOS NOPALES REPLETOS DE TUNAS Y ALGUNOS HOMBRES BAJARON A CORTAR MUCHAS DE ELLAS. —¿Y no se espinaban, comadrita? —NO, CON UNA NAVAJA O CUCHILLO LAS PELABAN Y AHÍ MISMO SE LAS COMÍAN Y DEJABAN LA CASCARA COLGANDO. —Pues qué interesante comadrita, una vez más me asombra su memoria. —SÍ COMADRITA, ¡YO COMO LOS ELEFANTES! JAJAJ