Divina Misericordia en el Tiempo Pascual

Padre Jairo Gregorio Congote

La pascua se celebra por 50 días. Es la fiesta más importante de la liturgia. Comienza el domingo de Resurrección y termina en Pentecostés. La Pascua es la fiesta principal, corazón y punto supremo del calendario litúrgico, la llamada “Fiesta de Fiestas” opaca incluso a la Navidad, pues en si en la natividad nació el Salvador y nos llenó de gozo su venida, aún mayor alegría nos causa el cumplimiento de las promesas de Dios al enviarnos a un Salvador que rescatara a la humanidad entera del pecado. Les cuento que no podía salir de mi asombro en la semana santa al ver tanta gente asistiendo a las actividades y celebraciones litúrgicas de la iglesia. Como sacerdote siempre me asombra experimentar la celebración de la vigilia pascual. La experiencia del resucitado nos invita a pensar en la Pascua como un tiempo del cambio, del paso a una vida más espiritual. Es la celebración de la conquista de la libertad. Es disfrutar de la alegría de la gracia. En Pascua se valora mejor el Bautismo, y la Penitencia, y la Eucaristía, y tantas cosas. En este tiempo Cristo Nuestro Señor nos quiere demostrar que es verdad todo lo que se había anunciado de él, y saber que nos lo había repetido tantas veces. La muerte en la cruz era necesaria, pero no era el final. La estancia en el sepulcro era temporal. Dijo que al tercer día resucitaría, y así lo hizo. Esa es la garantía de nuestra fe. Tenemos que creerle. Cristo no está muerto. No seguimos a un muerto. Está vivo ahora mismo. Y nos habla desde estos renglones, y desde la Sagrada Escritura, y en la oración, y lo recibimos vivo en la Eucaristía, y nos perdona a través del sacerdote, y está dentro de nosotros cuando dejamos entrar la gracia en nuestras almas. El reino de Cristo es de vivos. Por lo tanto, desea una Iglesia viva, unas celebraciones llenas de vitalidad. Cristo Nuestro Señor quiere cantar con nosotros el Aleluya, el himno Gloria, y hacer palmas, y sonreír. Es su tiempo de gozo. No lo dejemos solo. Cristo te dice: Estás invitado al banquete de bodas, al banquete de la Vida.
La celebración de la Divina Misericordia tiene lugar el segundo domingo de pascua. La parroquia donde desarrollo mi ministerio principal se llama Divina Misericordia. Pasamos demasiado tiempo enfocando en nuestras fallas, y no suficiente en la Misericordia de Dios. Cuando vinieron dificultades, los discípulos huyeron. Incluso, uno de ellos dijo que no conocía a Jesús. Pero Jesús no les dijo, “cobardes.” Sino, “La paz esté con ustedes.” Sus fallas vinieron a ser una gota de agua en el océano de la misericordia divina. Después de mostrarles la divina misericordia, Jesús les dio una tarea. Les dio el poder de perdonar pecados. Sopló el Espíritu Santo sobre ellos. El Espíritu Santo es la misericordia de Dios. “A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados.” El Papa Benedicto una vez habló profundamente sobre la divina misericordia en su mensaje de Pascua. Admitió que a veces es difícil creer en Dios con tanto dolor, maldad e injusticia en el mundo. Especialmente cuando vemos a niños sufriendo como víctimas de guerra y terrorismo, enfermedad y hambre. No obstante, dijo el Santo Padre, justo en estos casos, la incredulidad de Tomas nos resulta paradójicamente útil y preciosa, porque nos ayuda a purificar toda concepción falsa de Dios y nos lleva a descubrir su rostro autentico: el rostro de un Dios que, en Cristo, ha cargado con las llagas de la humanidad herida. La imagen de la Divina Misericordia, que hoy tenemos de Santa Faustina tiene rayos de luz saliendo de las llagas. Los rayos saliendo del costado tienen dos colores: rojo y blanco. El blanco refiere al bautismo y el rojo a la Eucaristía, los dos grandes sacramentos de la divina misericordia. Entre ellos podemos ver otro sacramento: Reconciliación, que es un “segundo bautismo” que nos capacita para acercarnos a la Eucaristía, si hemos cometido un pecado grave. La misericordia divina es una gran luz de amor y de ternura, es la caricia de Dios sobre las heridas de nuestros pecados. Felices Pascuas.