Reflexión semanal: Todo cae por su propio peso

Por Oswell Reza

¿Recuerdas a esa persona que te causó daño sin razón aparente? ¿A esa persona que no pudo verte brillar porque le carcome la envidia? ¿A aquel o aquella que te hizo un mal y anda como si no hubiera hecho nada? ¿Recuerdas a quién envenenó con mentiras a los demás para que también te odiaran? ¿O a esa que inventó cosas que nunca hiciste y dijo cosas que nunca dijiste? A esas personas en vez de odiarlas debes sentir compasión, ¿sabes por qué? Porque aunque se ven normales por fuera realmente se están pudriendo por dentro. Parece una locura y son palabras fuertes pero es verdad. Estas personas cargan traumas, odios y rencores que los carcome y pudre por dentro, y son incapaces de ver la felicidad y la prosperidad en su propia vida causándoles infelicidad. Están tan llenos de podredumbre en su interior que odian a quienes son felices, prósperos y brillan con luz propia. Un día comprendí que la gloria humana de estas personas es pasajera y al final todo cae por su propio peso cuando todo se les descubre, y vaya que así es y así será por siempre. Por ello, a ti que tal vez sufres por alguien que te hizo daño te digo: Qué tu brillo nunca se apague con las habladurías ni tu corazón se ponga triste por la envidia ni la maldad de la gente, porque la felicidad y la prosperidad no viene de esas personas, viene del universo, viene de Dios quien te cuida y te bendice en todo momento. ¡Recuérdale siempre!