Gabriel y Jazmín González están innovando la Panadería Internacional

Por Bernardo Montoya


Hablar de robots se ha convertido en algo habitual para Gabriel y Jazmín González, propietarios de la panadería Internacional. Lo que para muchos pareciera cosa del futuro, para este joven matrimonio está muy presente en el funcionamiento de su negocio, pero con otro tipo de formas.
Ambos, entendieron que automatizar y acelerar diferentes procesos a través del uso de máquinas permite a las empresas ser cada vez más eficaces y eficientes y, por tanto, mejorar su competitividad. Así el universo de la robótica cobra cada vez más protagonismo en Panadería Internacional, para ofrecer más productos, más servicios y llegar a más lugares del país.
Por ello, la innovación se ha hecho algo habitual desde hace algún tiempo, ya que estos aparatos que están implementando, son capaces de desempeñar tareas que durante mucho tiempo se habían tenido que realizar de forma manual y hoy, podrán aumentar la fuerza, velocidad y exactitud de sus trabajadores. Un ejemplo más específico es el brazo mecánico que en su edificio están instaurando, para luego programarlo y convertirlo en una extensión de su fuerza laboral.
Esto es algo que no hubieran imaginado los padres de Gabriel y fundadores de la Panadería Internacional, don José Gabriel y María Elena González.
Ellos, comenzaron en el 2003 con el consumo de 7 costales de harina por día y hoy requieren de 30 costales, para hornear 8 mil panes diarios.
Su fuerza laboral es de 30 personas, activas de 4 de la mañana a 10 de la noche. Y esto no es el máximo que Gabriel y Jazmín quieren alcanzar.
Cabe señalar que desde hace 3 años son los dueños oficiales de la panadería ubicada en el 5106 de la calle 24, en el sur de Omaha. Y aunque todo pareciera navegar con viento a favor, su situación no ha sido fácil, especialmente al considerar que tomaron el control del negocio justo cuando la pandemia de COVID estaba en su máximo apogeo.
“Mantener los precios en algo competitivo que no sea caro para el cliente es un verdadero logro para nosotros, especialmente porque después de la pandemia los costos de la materia prima se triplicaron”, señaló Gabriel, agregando que la mano de obra también se elevó, pues la inflación exigió pagar más a sus trabajadores.
Sin embargo, trabajando en equipo han logrado un crecimiento del 20 % anual “…y todo ha sido de forma organizada, porque todavía no hemos hecho nada de mercadeo hasta no terminar de ajustar y resolver cosas internas, para poder crecer como realmente queremos. Afortunadamente, con la tecnología que estamos instalado podemos pagar más a los empleados y lograr que ellos sean más competitivos”, dijo.
Actualmente, son muchas las expectativas que acumulan Gabriel y Jazmín. Principalmente seguir incrementando la productividad y reducir sus costos. Lo que es un hecho es que la introducción de tecnología en su día a día está implicando un gran cambio, que en algunas personas provoca temor.
Cabe señalar que un estudio de la Universidad de Oxford realizado en 2013 apuntaba a que alrededor de 700 profesiones podrían ser sustituidos por robots en 20 años. Sin embargo, esto también implica contar con empleados cualificados en el uso y manejo de estas nuevas máquinas, por lo que el matrimonio González está haciendo un esfuerzo especial en la formación de su plantilla laboral.
Sobre la idea de ser socios en la vida y en los negocios, Jazmín reflexionó: “Es importante tener un balance en todos los aspectos, para separar las cuestiones del negocio y del hogar. Aunado al respeto mutuo, aun cuando no estemos de acuerdo en ciertas cosas…”
Finalmente, Gabriel concretó dejando un concejo muy claro para aquellos pequeños comerciantes que no se ha atrevido a implementar tecnología en su proyecto de negocio, ya sea vendiendo fruta, paletas en la calle, vestidos o cualquier otro servicio: “Si tu no pierdes el miedo y te arriesgas, eventualmente tu competencia lo hará y tú les habrás dado la ventaja competitiva. Pensemos en algo tan simple como una terminal para aceptar tarjetas de crédito. Son cosas sencillas de tecnología que poco a poco debemos ir dominando, aunado a que nos harán la vida más fácil”.
Hoy, el futuro de Panadería Internacional se vislumbra positivo y sus propietarios siguen puliendo el concepto empresarial que anhelan, el cual incluirá repostería fina, lácteos y variedad de alimentos. Pero sobre todo, se convertirán en un negocio que ha logrado mecanizar y automatizar procesos de producción, para beneplácito de sus trabajadores, satisfacción de sus clientes, orgullo de sus hijos y clara diferencia con respecto a sus competidores.