Las Comadritas | Juego Continental

RING, RING … —¡Hola comadrita! ¿Cómo está, qué hace? —PUES AQUÍ, HABLÁNDOLE PARA HACERLE UNA INVITACIÓN. —Eso sí me suena muy bien, comadrita. ¿Acaso va a tener pachanga? —NO COMADRE, NO ES PACHANGA, ES ALGO PARECIDO. —Nomás no me vaya a salir con que es una demostración de algo porque ya estoy curada de eso. La última demostración que tuve en mi casa fue la de una aspiradora carísima. Yo acepté hacerla para que le contaran algunos puntos a la amiga que me invitó anteriormente, pero no le dije que no tenía alfombras. —¡AY COMADRITA! ESO FUE PLAN CON MAÑA. —De cualquier manera, yo le junté las seis personas que era el requisito principal. —BUENO COMADRE, COMO HAYA SIDO, PERO MI INVITACIÓN NO ES PARA DEMOSTRAR NADA SINO PARA DIVERTIRNOS UN RATO. —Eso sí me gusta comadrita, pero no me diga que es su cumple y no me acordé. —NO COMADRE, MI CUMPLE ACABA DE PASAR, ACUÉRDESE QUE ME INVITÓ A DESAYUNAR AL MESON. —Tiene razón, comadre. —ENTONCES DÉJEME HABLAR. —Soy toda oídos. —¿LE GUSTA JUGAR CARTAS, COMADRE? —Pues la mera verdad, nunca he jugado con cartas de baraja, a veces jugaba al “Uno” con mis huercos, a la lotería mexicana o damas chinas.  ¿Acaso me va a invitar al casino? —NO COMADRE, FÍJESESE QUE CUANDO VIVÍA EN MÉXICO TENÍA UN GRUPO DE AMIGAS QUE NOS JUNTÁBAMOS CADA OCHO DÍAS A JUGAR EN LAS CASAS. JUGÁBAMOS LOS MIÉRCOLES DE CINCO A OCHO DE LA NOCHE. —¿Y qué jugaban comadrita, porque tengo entendido que existen muchos juegos con cartas. —SÍ COMADRE, HAY MUCHOS JUEGOS Y NOSOTROS JUGÁBAMOS UNO QUE SE LLAMA “CONTINENTAL”. —¿Y se trata de apostar dinero, comadre? —PUES, CUANDO YO JUGABA LO MÁS QUE PERDÍA ERAN VEINTE PESOS, O SEA UN DÓLAR DE AHORA EN TODA LA TARDE. SE JUGABAN CUATRO JUEGOS Y CADA UNA ENTRABA CON CINCO PESOS. SI YO GANABA UN JUEGO Y ÉRAMOS SEIS PERSONAS, RECIBÍA VEINTICINCO PESOS.  —Pues no era mucho; aunque, a mí me han dicho que todos esos juegos están prohibidos por la Iglesia. —¡AY COMADRE! NO SEA PAYASA, ADEMÁS YA SOMOS ADULTAS Y NO VAMOS A IR A LAS VEGAS NI AL CASINO.  MUCHAS VECES NOS OLVIDÁBAMOS DEL JUEGO POR ESTAR EN LA “CHORCHA”, PERO TAMBIÉN PODEMOS JUGAR SIN APOSTAR NADA. —Bueno comadre, acepto la invitación, pero usted me tiene que enseñar. —MUY BIEN COMADRE, ASÍ ME GUSTA Y, ¿SABE QUÉ? OJALÁ Y PUEDA INVITAR A SU VECINA LUPITA LA SALVADOREÑA Y ASÍ YA SERÍAMOS CINCO.  —¿Y no tiene que ser por parejas, comadre?  —NO, SE  PUEDE JUGAR CON DOS, TRES O MÁS, PERO LO IDEAL SON CINCO O SEIS. —¿Y algún requisito adicional, comadre? —SÍ COMADRE, ESAS TRES HORAS VAN A SER PARA NOSOTRAS NADA MÁS, ASÍ QUE NO SE ADMITEN NIÑOS Y LA ANFITRIONA DEBE DAR CAFÉ O TÉ CON GALLETAS. —Pues, me parece perfecto comadre, y sirve que dejamos un rato el celular para platicar con las amigas; aunque, en el celular también se puede jugar. —SÍ COMADRE, PERO NO ES LO MISMO. VA A VER CÓMO NOS VAMOS A DIVERTIR. —Eso espero comadre. —ENTONCES LA ESPERO EL PRÓXIMO MIÉRCOLES. YO HARÉ LA PRIMERA.  ¡CHAO!